El team ATENAS.
Amador Téllez Yumiko Alexandra
Castillo Poblano Rafael
Gálvez Domínguez Apolinar
y López Hernández Jonathán Israel
presentan:
MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL - ATENAS
El primer museo arqueológico nacional de Atenas fue creado por el Primer Ministro de Grecia Ioannis Kapodistrias a través de un concurso arquitectónico nacional que fue anunciado para la ubicación y diseño arquitectónico del nuevo museo. Su construcción empezó en 1866 y finalizó en 1889 con fondos provenientes del gobierno griego, la sociedad arqueológica y la sociedad de Micenas. Lo principales benefactores fueron Eleni Tositsa, que donó el terreno en el que se ubicaría el edificio del museo, y Demetrios y Nikolaos Vernardakis, de San Petersburgo, que donaron una gran cantidad de dinero para la terminación del museo.
El nombre inicial del museo fue el de Museo Central, recibiendo su actual denominación en 1881, por orden del entonces primer ministro de Grecia, Charilaos Trikoupis. En 1887 Valerios Stais, prominente arqueólogo, fue nombrado director del museo.
Durante la Segunda Guerra Mundial el museo cerró sus puertas, y las antigüedades albergadas en él fueron selladas y enterradas en cajas protectoras, con la finalidad de evitar su destrucción y saqueo. En 1945 el museo reabrió sus puertas bajo la dirección de Christos Karouzos.
El edificio que alberga el Museo Arqueológico Nacional de Atenas muestra un diseño neoclásico, estilo muy popular en Europa en su tiempo y que tiene la virtud de estar en sintonía con los objetos clásicos que se encuentran en su interior.
El plano original del arquitecto Ludwig Lange fue modificado posteriormente por Panages Kalkos, que fue el principal arquitecto, Harmodios Vlachos y Ernst Ziller. En la parte frontal del edificio hay un gran jardín de estilo neoclásico decorado con estatuas.
La segunda ala del museo alberga el museo epigráfico, en el que se puede contemplar la más rica colección de inscripciones de todo el mundo.
El edificio ha sido sometido a diversas expansiones y renovaciones. La más importante de sus expansiones fue la construcción de una nueva ala este a comienzos del siglo XX, basándose para ello en los planos de Anastasios Metaxas, así como la construcción de un edificio de dos plantas diseñado por George Nomikos entre 1932 y 1939. Estas expansiones eran necesarias para poder albergar una colección de objetos en continuo y rápido crecimiento. La más reciente reforma tardó un año y medio en completarse, período en el cual el museo permaneció cerrado, reabriendo sus puertas en julio de 2004, coincidiendo con la celebración de los XXVIII Juegos Olímpicos de Verano. La reforma incluyó mejoras técnicas y estéticas en el edificio, reorganización de la colección y reparación de los daños que había producido al edificio el terremoto acaecido en 1999. Las salas que albergan los frescos minoicos abrieron al público en 2005.
En mayo de 2008 el ministro de cultura griego, Mihalis Liapis, inauguró la colección de antigüedades egipcias y la colección de Eleni y Antonis Stathatos. En la actualidad se discute la necesidad de expandir el museo a áreas adyacentes, habiéndose iniciado un plan para la expansión subterránea del mismo.
ESTATUILLA DE ARPISTA
Las Cicladas son un archipiélago formado por varias islas que en el III milenio a. c. fueron testigos del desarrollo de una floreciente civilización. En la necrópolis de keros, una pequeña isla cercana a Amorfo, las investigaciones realizadas por el alemán Koehler llevaron en 1883 al hallazgo de dos estatuillas de mármol pario, ejemplos extraordinarios del altísimo nivel conseguido por la plástica cicládica: el arpista y el músico de flauta doble.
La primera recuperada prácticamente intacta de la tumba A, representa una figura masculina dispuesta a tocar el arpa, instrumento de origen oriental. El personaje está sentado, sin apoyar los hombros en el alto respaldo de la silla, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás en lo que parece una actitud de gran concentración en la ejecución musical. La tradicional abstracción del rostro, que presenta la única prominencia plástica de la nariz, se atenúa debido al naturalismo de la acción en la que participa el propio instrumento.
MASCARA DE AGAMENÓN
La Máscara de Agamenón es un objeto arqueológico descubierto en la acrópolis de Micenas en 1876 por el arqueólogo prusiano Heinrich Schliemann. Se trata de una máscara funeraria de oro que se encontró colocada encima de la cara de un cuerpo ubicado en la tumba V. Schliemann pensó que había descubierto el cuerpo del legendario rey griego Agamenón, y por ese motivo la máscara recibió su nombre. Sin embargo, estudios arqueológicos modernos sugieren que la máscara podría datar de entre 1550 y 1500 a. C., lo que la situaría en un tiempo anterior (unos 300 años) al que tradicionalmente se atribuye a la vida de Agamenón. A pesar de ello, ha conservado su nombre. La máscara se encuentra expuesta al público en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
El ajuar hallado en el círculo de tumbas A es riquísimo, al haberse encontrado coronas, espadas, copas, cuchillos, ámbar del Báltico, y diversas máscaras, la máscara de Agamenón es una de las cinco descubiertas en el círculo de Tumbas A, tres fueron encontradas en la tumba IV y en la tumba V se encontraron dos. Además, las caras y manos de dos niños de la tumba III se encontraban cubiertos por una hoja de oro, de las cuales una tenía agujeros para los ojos.
Las tumbas son ciertamente de carácter real. Las caras de los hombres no estaban todas cubiertas por máscaras, y el hecho de que se tratase de guerreros lo indica la presencia de armas en sus tumbas. Las cantidades de oro y de artefactos de cuidado diseño denotan honor, riqueza y estatus social. Además, la costumbre de cubrir a la realeza con oro no es única.
TAZA DE ORO DE VAPHIO
La obra proviene del rico hallazgo fúnebre de la tumba tholos en Vaphio, cerca de Esparta, fechada en el siglo XV a. c., junto a otra taza que presentaba una decoración similar basada en el tema de la caza y de la captura de los toros, pero tomado desde un punto de vista muy diferente en lo referente a la concepción de la escena y la técnica.
Creada a partir de una única lámina de oro trabajada con la técnica del repujado, la taza presenta una decoración desarrollada de tres escenas: un toro olisquea a la mujer, mas tarde se enfrenta a ella y, por último, es capturado por un cazador.
Según una fascinante interpretación, los objetos del yacimiento ilustrarían la posición social y la función del difunto: las armas y los sellos con temas de batalla aludirían a su alta posición dentro de la jerarquía militar, las vasijas de oro y plata evidenciarían la riqueza, las balanzas de bronce harían referencia a la implicación en el comercio y los objetos de carácter ceremonial a la función desarrollada en las ceremonias religiosas.
FRESCO DE MUJER MICÉNICA
En la península griega, los mayores testimonios de pintura parietal que han llegado hasta nuestros días datan de los siglos XIV y XIII a. c. y provienen principalmente de los complejos palaciegos de Micenas, Tirinto y Pilo.
La estructura y organización de estos palacios era completamente diferente a la de los palacios cretenses, a pesar de compartir la función de sede del poder político y administrativo.
En 1970, el arqueólogo Milonás descubrió precisamente en Micenas, en uno de los complejos palaciegos más imponentes de la Grecia micénica, el fragmento de un esplendido fresco representaba una mujer, bautizada por él, por la peculiaridad de su aspecto, como la Micenea, de quien resaltaba, en su descripción, la “gracia arcaica y la majestuosidad”.
Sin duda, este es el fresco micénico mejor conservado, pero el hecho de que este fragmentado no nos permite reconstruir la escena de la que formaba parte, aunque se ha sugerido la interpretación de esta figura femenina como la representación de una divinidad.
KOUROS DE KROISOS
El kouros de kroisos ofrece una interpretación al mismo tiempo vigorosa y elástica de la figura viril desnuda, que consigue aquí una mayor libertad en el espacio gracias a los brazos que, a pesar de estar siempre extendidos a lo largo de las caderas, se separan del cuerpo sugiriendo una nueva posibilidad de movimiento.
Sobre un robusto andamiaje óseo se distribuyen las masas musculares definidas mediante un modelado que subraya la carnosidad de los miembros y la plasticidad de la figura: los pectorales son anchos, el surco central, dulcemente moderado, está marcado con escasa profundidad, el hueco epigástrico, formado por una curva semicircular que baja de forma antinatural por los lados, encuadra la realzada y ponente musculatura del abdomen, mientras que el abombamiento muscular en correspondencia con las caderas sirve de enlace de la estrecha pelvis con los muslos extrañamente desarrollados.
ESTELA DE ARISTÓN
Esta clase de monumento está muy bien definida dentro de la escultura griega, entre otras razones, por su función específica y demanda abundante. No menos clara y sencilla es su estructura integrada por un basamento, una pilastra y un remate generalmente en forma de palmeta. En estelas monumentales sobre este último elemento se suele colocar una escultura exenta, casi siempre una esfinge o un animal.
La decoración puede ir esculpida en relieve, incisa o pintada y presenta a las figuras de perfil, por regla general en actitudes alusivas a la actividad que el difunto desempeñó en vida. Así, los jóvenes adoptan el esquema del kouros y llevan entre otros distintivos la botellita de aceite que se utiliza en la palestra; las jóvenes van vestidas y tienen una flor en la mano; los soldados aparecen con indumentaria militar. Piezas de gran calidad e interés son la estela del Metropolitan Museum de Nueva York (hacia 540) y la de Aristión (hacia 510) firmada por el escultor Aristokles y conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, ambas obras áticas. La finura del relieve y la precisión de las incisiones hacen de la estela de Aristion una pieza maestra.
Entre las más espectaculares está el basamento perteneciente a una estatua de un kouros, cuyas cuatro caras han sido decoradas con escenas de juegos. Basta ver los tipos y la interpretación del movimiento para reconocer una obra muy evolucionada dentro del arcaísmo, cuya cronología se ha fijado en la última década del siglo VI. Giros del cuerpo en 3/4, pies despegados del suelo, anatomía más realista, son las novedades que rápidamente se advierten junto a aspectos tradicionales, como el ojo visto de frente en un rostro de perfil o la tendencia al lineamiento gráfico en los contornos.
APOLO DE ÓNFALO
El Apolo Alexikakos, famosa estatua de culto obra de Kalamis, sería el original del que deriva esta copia de época romana, encontrada en 1862 en el teatro de Dionisos cerca de un Ónfalo (piedra sagrada considerada el centro de la tierra) sobre la que posiblemente se erigía la estatua del dios.
La ateniense es la más famosa y la mejor de las numerosas replicas; de hecho, la estatua, libre, sin puntales ni apoyos, permite apreciar el sabio planteamiento rítmico de la figura, que se equilibra con la flexión de la pierna izquierda y el leve descenso de la cadera correspondiente, mientras la cabeza se gira ligeramente hacia la derecha. La estructura alargada que caracteriza el cuerpo del dios se desarrolla en amplias masas esenciales orgánicamente articuladas: las ponentes piernas, el torso modelado vigorosamente que delinea la musculatura y los hombros anchos y redondeados. El armónico equilibrio del cuerpo culmina en la pequeña cabeza con el pelo recogido en una trenza enroscada alrededor de la cabeza y con la frente decorada por una franja de rizos.
POSEIDÓN DE CABO ARTEMISIO
La escultura fue encontrada en 1928 en el fondo del mar cerca del cabo Artemisio, cerca de Histiaca, al norte de la isla de Eubea. Uno de los brazos de la estatua fue encontrado dos años antes, en 1926. La estatua viajaba dentro de un barco datado entre fines del siglo I a. C. y comienzos del siglo I. En la actualidad se encuentra en el museo arqueológico nacional de Atenas.
La estatua ha sido datada por los expertos hacia 460 a. C., encuadrada en el estilo severo, periodo de transición entre el arcaísmo y el clasicismo. Se ha abandonado ya la frontalidad y el estatismo, propios de épocas pasadas, pero la figura se sigue apoyando en ambos pies, a pesar de que el dinamismo comienza a apuntarse.
La obra representa a un dios en el momento de lanzar con la mano derecha un objeto que se ha perdido. Su tamaño es mayor del natural (2,10 m.), está desnudo y dando una zancada. Se discute si el representado es Zeus lanzando un rayo o Poseidón lanzando su tridente. Se ha argumentado que la posición de los dedos de la mano, que está abierta, parece más adecuada para sostener un tridente mientras que un rayo suele ser representado asido con la mano cerrada. Sin embargo, la idea de un tridente arrojadizo resulta extraña y cuando se ha tratado de reconstruir la estatua con el posible tridente, la figura queda estropeada.
Existe una réplica de la escultura original en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, donada por el gobierno griego. La obra se exhibe en el atrio principal.
Su altura es de 2,09 metros, correspondiente a la escala habitual con que los griegos representaban a los dioses. Los hombres, por el contrario, solían ser representados con una altura de unos 1,80 metros, como es el caso del Auriga de Delfos. La medida de 1,90 metros se reservaba para la representación de los héroes.
ATENEA PARTHENOS
Atenea (En griego antiguo Ἀθηνᾶ Παρθένος, literalmente ‘Athena la Virgen’) es el nombre de una enorme escultura criselefantina de la diosa griega Atenea, obra de Fidias. Recibía su nombre de un epíteto de la propia diosa, y estaba alojada en el Partenón, en la Acrópolis de Atenas. Se han realizado diversas réplicas y obras inspiradas en ella, tanto antiguas como modernas.
Fue la imagen de culto más renombrada de Atenas, considerada uno de los mayores logros del escultor más aclamado de la antigua Grecia. Fidias empezó su obra alrededor del 447 a. C., Lacares retiró las láminas de oro en el 296 a. C. para pagar a sus tropas, y el bronce fue probablemente dorado más tarde. Resultó dañada por un incendio hacia el 165 a. C., pero fue reparada. Continuaba estando en el Partenón en el siglo V, cuando pudo haberse perdido en otro incendio. Un relato la menciona, sin embargo, en Constantinopla en el siglo X.
La obra tuvo un gran impacto entre sus contemporáneos, hasta el punto de que dio origen a una tradición de estatuas criselefantinas, en la cual encontramos comprometido de nuevo a Fidias, con la estatua de Zeus en Olimpia, y a otros escultores, en los santuarios de los siglos V y IV a. C.
El historiador antiguo Pausanias da una descripción de la estatua:
...La estatua en sí está hecha de marfil y oro. En el centro de su casco hay una figura parecida a la Esfinge... y a cada lado del yelmo hay grifos en relieve. ... La estatua de Atenea es de pie, con una túnica hasta los pies, y sobre su pecho la cabeza de Medusa está tallada en marfil. Sostiene una Victoria de aproximadamente cuatro codos y en la otra mano una lanza; a sus pies yace un escudo y cerca de la lanza hay una serpiente. Esta serpiente podría ser Erictonio. Sobre el pedestal está el nacimiento de Pandora en relieve.
El tipo general de la Atenea Partenos, aunque no su carácter y calidad, puede aquilatarse a partir de su imagen en monedas y sus reproducciones en miniaturas esculpidas, como objetos votivos, y en las representaciones sobre gemas grabadas.
La cabeza de Atenea aparece ligeramente inclinada hacia adelante. Está de pie con su mano izquierda posada sobre un escudo vertical. Su rodilla izquierda está ligeramente doblada, su peso desplazado levemente hacia su pierna derecha. Su quitón está ajustado en la cintura por un par de serpientes, cuyas colas se entrelazan en la espalda. Los mechones del pelo caen sobre el peto de la diosa. La Niké de su mano derecha extendida es alada: se ha discutido mucho sobre si había un soporte bajo el original de Fidias, siendo contradictorias las versiones conservadas. La posición exacta de una lanza, a menudo omitida, no se ha determinado completamente, si estaba en el brazo derecho de Atenea o sostenida por una de las serpientes de la égida, tal y como N. Leipen la restauró, siguiendo la gema Aspasios.
La escultura fue montada sobre un núcleo de madera, cubierto con placas de bronce moldeadas y recubiertas a su vez con láminas de oro desmontables, salvo en las superficies de marfil de la cara y los brazos de la diosa. El oro pesaba 44 talentos, el equivalente de unos 1140 kg: la Atenea Partenos suponía una parte considerable del tesoro de Atenas.10
El coste debió estar cerca de los 700 talentos, la misma cantidad que una flota de 230 trirremes.
La obra original de Fidias tenía unas dimensiones que alcanzaban los 26 codos de altura (12 m aproximadamente, comprendido el pedestal, de 1,50 m de alto).
RELIEVE DE ELEUSIS
Las fiestas más importantes en honor de Demetra y Kore estaban representadas por las otoñales de los Grandes Misterios. Cada año, el día 19 del Boedromione (septiembre) una procesión salía de Atenas a primera hora de la mañana por la puerta Sagrada del Cerámico y, salpicada durante el camino por ritos, himnos y sacrificios, continuaba a lo largo de la vía Sagrada hasta Eleusis, donde por las noches únicamente los iniciados celebraban los misterios en el interior del Telesterio, el santuario de Demetra y Kore.
Tal y como recuerda Pausanias, cerca del final de la vía Sacra se situaba el santuario de Triptólemo y precisamente es de esta zona de donde se supone que proviene el gran relieve en mármol de tres figuras, encontrado en 1859, utilizado, invertido, como umbral en la iglesia de Haghios Zacharias en el exterior del santuario de Eleusis.
DIADÚMENO
El Diadumeno o Diadúmeno es una estatua diseñada por Policleto en el siglo V a. C. La estatua original fue realizada en metal, seguramente en bronce, pero en la actualidad sólo se conservan copias de piedra caliza y mármol.
Representa a un atleta griego ciñendo en su cabeza la cinta de la victoria, de donde procede el nombre διαδούμενος / diadoumenos, «el que ciñe y desciñe», que deriva del término griego διαδέω / diadeo, «ceñidor o bien ceñido». Aún está desnudo después de la competición y eleva los brazos para atarse la diadema, una banda en forma de cinta que identifica al ganador y que en la obra original de alrededor del año 420 a. C. estaría representada por una cinta labrada.
La figura está en pie, en contrapposto con su peso sobre la pierna derecha. El ejemplar de la estatua conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas tiene su rodilla fracturada. Muestra poros por los que más de una vez se filtró agua, que fracturó la piedra caliza, lo que requirió varias reconstrucciones. Tiene su cabeza inclinada ligeramente a la derecha, contenida, como aparentemente perdido en la vida divina.
El Diadumeno, junto al Doríforo son las esculturas más famosas de Policleto, formando tres modelos básicos para la escultura de Grecia Antigua que representan las tres a jóvenes idealizados de una manera convincentemente naturalística. La estatua ilustra los principios enunciados por Policleto en su Canon: la altura total equivalía a siete veces la altura de la cabeza, que es la longitud del pie apoyado.
El Diadumeno es una obra emblemática del clasicismo genuino; la escultura combina equilibrio y dinamismo, gracias a una hábil conjunción de la torsión de la espalda y las caderas. Sigue también el principio de la diartrosis donde se acentúan las líneas divisorias entre brazos y piernas, el borde inferior de los pectorales, cintura e inglés.
EFEBO DE ANTICITERA
Efebo (del latín ephēbus, y éste del griego εφηβος) es una palabra griega que significa adolescente. Aunque en la Grecia Clásica estaba destinado su uso a los varones atenienses de 18 a 20 años, que eran instruidos en la efebeia, una especie de servicio militar.
Aunque comúnmente significa adolescente, en la Antigua Grecia el uso estaba reservado para los miembros, que eran varones adolescentes de 12 a 16 años, de la ephebeia , una institución que se dedicaba a formar a los futuros ciudadanos, entrenando a los efebos en las artes de la guerra, a veces incluso en el campo de batalla.
El joven se inscribía como postulante en la lista de su Demo. A continuación, la asamblea de los demotas se encargaba de verificar que el joven inscrito tuviera la edad requerida y que sus padres fueran ciudadanos de Atenas (según un decreto de Pericles de 451 a.c, era ciudadano todo hombre mayor de 20 años que tuviera un padre nacido de un ciudadano ateniense y una madre hija de ciudadano ateniense: πολίτης). Seguidamente los sophronistes los reunían, y cada tribu de Atenas elegía a 10 jóvenes en total como efebos. Los sophronistes además debían de encuadrar a los efebos en la efebeia, alimentarlos y alojarlos. Después de haber reunido a los efebos debían separarlos en dos grupos: uno estaba destinado a Munichia y otro a Actea, dos emplazamientos situados en El Pireo.
El primer año estaba dedicado al adiestramiento en el uso de las armas bajo la instrucción del pedotribes (παιδοτρίϐης). Los efebos son entrenados en las artes del combate como hoplitas y también aprenden a usar armas de asedio como la catapulta. Al finalizar la etapa, los efebos desfilaban ante la asamblea donde recibían en una solemne ceremonia el escudo y la lanza de los hoplitas para completar su uniforme compuesto además por la clámide y prestaban juramento de fidelidad a Atenas y sus instituciones.
Durante el segundo año la instrucción de los efebos se llevaba a cabo en las guarniciones del Ática. Los jóvenes reclutas constituían una buena parte de las tropas atenienses y se dedicaban fundamentalmente a tareas de construcción de puentes, trincheras y fortificaciones.
CABEZA DEL PÚGIL SÁTIRO
Sabemos por Pausanias que el Púgil Sátiro de Elide había vencido unas cinco veces en las competiciones de Nemea, dos en las competiciones délficas y dos en las olímpicas.
En la esplendida cabeza de bronce de púgil recuperada en Olimpia se ha creído reconocer el rostro sátiro: de hecho, podría tratarse de la cabeza de la estatua de Sátiro de Elide, obra del hábil escultor Silanion, autor de otras estatuas de atletas vencedores en Olimpia.
La figura del atleta ya no está idealizada; más bien en la obra destaca el interés por la representación de la expresión del rostro que se delinea con precisos rasgos fisonómicos. Así pues, la cabeza de Sátiro presenta rasgos marcados: los músculos frontales hinchados, los ojos pequeños y los arcos supraciliares elevados que, sobresaliendo, remarcan la solidez del rostro.
Sobre la cabeza es visible una corona formada por hojas de olivo que se entregaba a los vencedores de Olimpia. Basándose en las listas de los vencedores, las victorias de Sátiro deberían situarse en el 344 y 340 a. c. o en el 332 y 328 a. c.
EFEBO DE MARATÓN
El Efebo de Maratón es una escultura griega antigua encontrada en 1925 en el Mar Egeo, en la bahía de Maratón, de donde deriva su nombre. Se ha adscrito a la escultura griega del segundo clasicismo (siglo IV a. C.) En la actualidad se halla en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas con el número de inventario X 15118. Se dató la escultura en fechas en torno a 325-300 a. C. Los expertos del Museo sugieren que la escultura en sí misma pudiera ser una joven representación de Hermes, aunque bien es cierto que no se halla en la pieza ni uno de los atributos típicos de esta deidad. No obstante, con su suave musculatura y su exagerado contrapposto el estilo da buena cuenta de una clara influencia de Praxíteles, siendo el Efebo de Maratón una de las obras más cercanas a este estilo
La estatua fue sacada de las aguas en junio de 1925 en las redes de los pescadores que trabajaban en la bahía de Maratón, sin que pueda ser relacionada con un naufragio en particular. Una exploración realizada en 1976 por un equipo franco-británico no ha permitido identificar los restos del pecio en el lugar del descubrimiento. Es posible que la estatua simplemente adornase la villa de Herodes Ático que daba sobre la bahía. A raíz del surgimiento del buceo, el ser humano cuenta con la posibilidad de recuperar toda suerte de tesoros artísticos y arqueológicos que se han conservado bajo el mar a lo largo del tiempo. Otras piezas bien conocidas de características similares al Efebo de Maratón han sido recuperadas gracias a lo dicho anteriormente, especialmente de naufragios en el Mar Egeo y en el Mar Mediterráneo. De entre estas piezas destacan el Mecanismo de Antiquitera o el Efebo de Antiquitera, entre otras muchas.
La estatua representa a un joven desnudo, de pie, de un tamaño de 1,3 metros. Su actitud es bastante compleja. Se apoya sobre la pierna izquierda. El pie de la pierna libre está detrás, apoyado en la punta, conforme a las reglas del contrapposto de Policleto. El balanceo de las caderas es, sin embargo, más pronunciada que en este último- saliente en los pectorales y bajo el abdomen — es menos marcado. La cabeza, inclinada hacia la izquierda, está rodeada de una banda a la que se ha añadido un adorno en forma de hoja o de corona. La mirada parece dirigirse hacia la mano izquierda, sino que de hecho flota en el vacío, más allá, como es común en la obras del segundo clasicismo. La estabilidad del conjunto está asegurada por una colada de plomo en el interior de la pierna izquierda. El canal de la colada es visible en el dedo pulgar del pie. Los restos del desgaste en las planta del pie y los tres primeros dedos también muestran que el plomo sólo llevaba a la izquierda. La punta del pie derecho, desaparecido, ha sido restaurada en época moderna. El brazo derecho está doblado ligeramente elevado por encima de la cabeza, mientras que el brazo izquierdo está pegado a lo largo del tronco, el antebrazo doblado en ángulo recto. Un examen cuidadoso del bronce muestra que la mano derecha no sostiene nada y no está apoyada, tampoco el antebrazo derecho. Por otra parte, la palma de la mano izquierda tiene una ranura y el macho correspondiente que se conserva tiene trazos de plomo. La superficie interna del pulgar de la mano y el antebrazo izquierdo, presentan signos de aplanamiento que muestra que el efebo tenía un atributo de forma plana y larga de aproximadamente 20 cm, ya que llegaba hasta el hueco del codo. El trabajo del bronce fue particularmente cuidadoso: la unión de las distintas secciones es invisible, salvo en los brazos. Estos han sido añadidos en diferentes niveles, lo que ha hecho pensar que ambos habían sufrido restauraciones antiguas, o al menos su brazo izquierdo. Sin embargo, esto por sí mismo no es incompatible con las técnicas de fundición utilizadas en la época: la diferencia en la altura de la unión podría explicarse por la diferencia de la posición y el peso de cada brazo. En ausencia de un análisis técnico avanzado del bronce no es posible concluirlo con certeza. Los ojos están hechos de una piedra blanca en la que el iris está representado por un disco de pasta de vidrio de color amarillo claro. La pupila se ha perdido. Los ojos fueron insertados después de la adición de pestañas a lo largo del párpado. Los pezones son una incrustación de cobre puro.
Trabajo realizado durante la Asignatura Observación del Proceso Escolar en la Escuela Normal Superior de México a cargo del Profesor. Francisco Miguel Yáñez Pichardo.